VÍDEO ILUSTRATIVO: TODOS PODEMOS SER E.T.
... ¿QUÉ QUIERO DECIR CON ESTE VÍDEO?
¡ESTO!...
PARA AQUELLOS QUE DEFIENDEN QUE EL “TDAH” NO EXISTE
PARA LOS QUE NO QUIEREN PONER ETIQUETAS
También para los que argumentan
que si el TDAH es la falta de atención y la hiperactividad, por esa regla de
tres, todos los niños movidos, desobedientes o despistados serían TDAH y no es
así.
Por supuesto que no es así. Hay
niños muy movidos, otros tremendamente despistados que se despistan con una
mosca, otros rebeldes… al igual que hay niños con un trastorno específico, que
es justamente el que abordo en este blog.
Antes de comenzar, voy a
puntualizar que con este artículo, no deseo convencer a nadie y por supuesto,
respeto el gran abanico de reflexiones en lo que se refiere a las 4 famosas
letras “TDAH”.
No obstante me parece un pilar
fundamental abordar esta controversia existente acerca del polémico término
“TDAH”.
Lo voy a abordar simplemente
argumentando el por qué para mí si existe un trastorno que hay que tratar.
Al igual que cuando tenemos
frente a nosotros un bebé con una necesidades de cuidado y protección, podemos
toparnos con alumn@s con serios problemas para seguir el curso, fruto de
incapacidad atencional, impulsividad descontrolada y/o hiperactividad; estas
personas presentan una serie de problemas y nos necesitan, no podemos darles la
espalda.
Negar que existe o no el TDAH, no hace que desaparezcan esa serie de
rasgos que acarrean un montón de problemas para est@s alumn@s. Requieren un
tratamiento especial, necesitan una ayuda que muchas veces no se les da.
Únicamente muchas personas se
lavan las manos, diciendo “es un problema de madurez” “tiene un ritmo
madurativo más bajo” “le cuesta un poco más, démosle tiempo”… año tras año,
pasan los cursos escolares, los problemas siguen allí, la persona implicada
cada vez está más hundida y mucha gente, maestros, padres… siguen lavándose las
manos: DICIENDO.
¡NO HACIENDO! ¡NO AYUDANDO! Para
mí, hace falta atender sus necesidades, cubrir sus demandas educativas.
Como maestra pienso que es
nuestra obligación actuar; pasar olímpicamente de lo que ves en el alumno el
día a día, solo supone que este trastorno empeore a lo largo del proceso
escolar. Como educador, como padre…como persona, lo llames TDAH o no, hay que
buscar soluciones e intentar ayudar en todo lo posible, jamás negar una ayuda a
alguien que la necesita a la espera de que por arte de magia se solucionen solos
los problemas.
Para mí el “TDAH” es un trastorno
que repercute la vida de muchas personas y supone un gran problema en la
escolaridad y en la construcción de la personalidad. El etiquetarlo de TDAH o cualquier otro conjunto de letras, incluso el
no etiquetarlo, para mí es lo de menos.
En este vídeo podéis ver a qué me refiero
con este artículo:
También me parece muy interesante:
Quien piense que el TDAH no
existe, adelante, más quiero aclarar que no por ello, no por el hecho de no
poner una etiqueta, los problemas desaparecen.
Nadie puede negar que hay alumn@s
cuyos rasgos son muy comunes a los expuestos en el TDAH, que hay personas con
unos problemas tremendos de autoestima y en su proceso educativo, con
características muy vinculadas a las que expuse en mi artículo: “Unas
pinceladas acerca del TDAH y la intervención educativa”.
Y por todo ello, hace falta un tratamiento y una adaptación
metodológica para est@s alumn@s. En los exámenes, en las clases…
Cuanto antes se comience, mejor. ¡No
se puede “esperar a que madure”! ¡NO!
El tratamiento debe iniciarse
desde el momento justo en el que van reconociéndose los rasgos, se trata de un
tratamiento continuo. Cuando una persona con TDAH tiene un buen tratamiento,
tanto en casa como en la escuela, adquiere rutinas de control y se adapta fácilmente
a su entorno. Son más felices y su proceso escolar presenta una gran mejoría en
relación a una persona con rasgos similares sin ningún tipo de ayuda o
tratamiento.
Si no se trata, con el paso del
tiempo se acrecenta el descontrol del trastorno. Y resulta más difícil
reconducir malos hábitos ya instaurados. Es una ardua tarea limpiar las
intachables huellas del fracaso e inyectar autoestima cuando la persona durante
años ha estado abandonada en el plano escolar. Pero, nada es imposible.
Otra forma de ver las cosas es posible.
Indagando acerca de distintos
modos de percibir la problemática escolar del alumnado con TDAH he topado con
un el blog “Yo amo a alguien con TDAH”, y he decidido compartir con vosotros
este artículo, ¡creo que merece la pena leerlo!:
Para finalizar, añadir que estoy
muy contenta de que por fin se haya reconocido la problemática y por la puesta
en marcha de nuevas iniciativas para ayudar al alumnado con TDAH en las aulas.
Para quien pueda interesarle, aquí os dejo un enlace con una nota de prensa
referente a esto:
Solo espero que se haga desde una
actitud abierta, inclusiva y realmente significativa en el proceso de mejora de
la escolarización de las personas que presentan los rasgos propios de este
trastorno.
No como una mera medida exclusiva
que repercuta todavía más en la autoestima de este alumnado.
Para más información acerca de
las diferencias entre medidas de adaptación y refuerzo escolar, aquí tenéis
estas palabras:
El primer vídeo del recuadro azul es el de la introducción del artículo. Está indicado de nuevo para indicar la fuente web. Saludos
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